“Hola, soy Ahmed, desde Gaza”: diario del hambre, la huida y el miedo
Cinco días en cinco vídeos que narran la vida cotidiana en la Franja. Un camarógrafo describe las dificultades y el sufrimiento de los habitantes de este territorio palestino bombardeado y devastado por el ejército israelí


¿Cómo se cocina, se carga un teléfono móvil, se va al baño o se logra conciliar el sueño cuando lo has perdido todo y vives en un campo de desplazados? Ahmed Abu Kmail, camarógrafo palestino de 38 años, es nuestros ojos en este diario de Gaza, donde los actos más simples de la vida cotidiana se han convertido en un inimaginable camino de obstáculos.
Desde octubre de 2023, cuando estalló esta guerra en la que Israel ha matado a más de 54.000 palestinos —según los datos del Ministerio de Salud de Gaza, que la ONU toma como referencia— Abu Kmail se ha visto obligado a desplazarse seis veces junto a su esposa y cuatro hijos. Actualmente, sobrevive en una precaria tienda de campaña en el centro de la Franja que ya no les protege ni del frío ni del sol. Su casa ha sido bombardeada y sabe que, aunque haya un alto el fuego mañana, no podrá regresar. “Nada en Gaza se parece a una vida normal”, repite en varios momentos de este diario.
1. El hambre
Los más de dos millones de habitantes de Gaza pasan hambre y medio millón se encontrará en una situación extrema de aquí a septiembre si Israel no deja entrar la ayuda humanitaria necesaria, según los últimos datos de la ONU. Para Ahmed Abu Kmail, la imagen del hambre es una vieja cacerola vacía. La que llevan en las manos los centenares de personas que hacen fila desde el amanecer en el campo de refugiados de Nuseirat, en el centro de la Franja, donde se ha organizado una distribución de sopa de lentejas. Si tienen suerte, será probablemente su única comida del día, pero una parte se marchará con las manos vacías.
“El hambre es una muerte lenta”, dice Abu Kmail.
2. La huida
Al menos el 90% de los habitantes de Gaza se ha tenido que desplazar al menos una vez desde octubre de 2023 y un 92% de las viviendas han sido total o parcialmente destruidas en esta guerra. Ahmed Abu Kmail ha cambiado de refugio en seis ocasiones. Cada huida es más dolorosa y complicada que la anterior: la tienda de campaña está más ajada, es más difícil transportar sus escasas pertenencias y cuesta mucho encontrar un lugar donde dormir, ya que la mayoría de la población se concentra en el centro de la Franja. Y sobre todo están más cansados y desmoralizados. En este vídeo, Abu Kmail nos enseña dónde duermen sus hijos, el cubículo que han acondicionado como baño y el solar agujereado en el que intentan cargar sus móviles. Son las miserables condiciones de vida a las que han tenido que adaptarse brutalmente de la noche a la mañana. “Pero, pese a todo, no perdemos la esperanza”, asegura.
3. La educación
Los niños de Gaza no van a la escuela desde el 7 de octubre de 2023, cuando comenzó esta guerra, y, aunque hubiera un alto el fuego mañana, tardarán en volver. Según la ONU, el 90% de los colegios necesitan ser reconstruidos o rehabilitados. Pero la educación se abre paso en medio de la devastación y las ruinas. Ahmed Abu Kmail nos lleva a una tienda de campaña donde Hana Abu Rizq, una maestra voluntaria, reúne cada día a un grupo de niños para enseñarles a leer, escribir o sumar. Estamos en un miserable campo de desplazados y en la tienda hace un calor asfixiante, los niños se sientan en el suelo y no tienen apenas cuadernos o lápices. “Pero la idea es que no pierdan la costumbre de aprender”, insiste la profesora.
4. El agua
Gaza está a orillas del Mediterráneo, pero el agua potable escasea y se ha convertido en un arma más en esta guerra. Ahmed Abu Kmail nos muestra un punto de distribución en una pequeña planta desalinizadora que aún sigue funcionando en el centro de la Franja. Según la ONU, un 89% de las tuberías, desagües y plantas desalinizadoras de Gaza han sido total o parcialmente destruidas y un 90% de las familias han sufrido y sufre la falta de agua apta para el consumo. Las personas que hacen fila no tienen que pagar por llenar los bidones, pero sí deben esperar durante varias horas.
“La guerra nos ha quitado muchas cosas, incluso el agua”, dice Abu Kmail. La OMS recomienda un mínimo de 15 litros de agua por persona y por día para saciar las necesidades básicas, pero en Gaza en este momento rondaría los cinco litros.
5. El miedo
El zumbido de los drones israelíes en el cielo. Día y noche. Todos los días. Los gazatíes viven así desde octubre de 2023. Es el sonido del miedo. El miedo también son las explosiones y bombardeos que pueden ocurrir en cualquier momento y en cualquier lugar. “Y de repente, pasamos a ser solo números”, dice Ahmed Abu Kmail, mientras graba a unos chicos jugando al fútbol en una calle de Deir el Balah, en el centro de la Franja. Y cuando cae la noche, la zozobra aumenta, sobre todo entre los niños. “Quiero que los drones se vayan y la guerra acabe”, dice Amir, uno de los hijos de este camarógrafo, a la luz de la hoguera con la que la familia intenta ahuyentar sus temores.
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